En el marco del Día Mundial de la Visión, la OMS destacó que el 80 por ciento de los casos de ceguera se pueden evitar y hasta curar. Síntomas en niños y adultos para tener en cuenta.
Según las estimaciones más recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo hay casi 300 millones de personas con discapacidad visual debido a enfermedades oculares o a defectos de refracción no corregidos. Unas 39 millones de ellas son ciegas y 500 mil son argentinas. Sin embargo, también se conoce que el 80 por ciento de estos casos se pueden evitar o curar.
En el marco del Día Mundial de la Visión, se lanzó una iniciativa de la OMS y de la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera (IAPB) para impulsar la prevención de la ceguera y enfermedades oculares bajo el lema «Visión 2020: El derecho a ver». El objetivo principal de la campaña es generar conciencia social sobre la importancia de la prevención y los tratamientos a la hora de evitar la pérdida absoluta de la visión.
En este sentido, el primer paso para garantizar una buena visión es la realización de un examen oftalmológico por lo menos una vez al año. Esto es fundamental para detectar y tratar, oportuna y adecuadamente, problemas y enfermedades oculares. También es necesario proteger la vista de factores cotidianos perjudiciales, como la mala iluminación, la contaminación ambiental, el deslumbramiento y la exposición prolongada a los rayos UV.
Es muy importante conocer además, que estos factores tienen mayores consecuencias en la niñez. De hecho, el 80 por ciento de los daños causados por la exposición a la radiación UV ocurren antes de los 18 años, lo que indica que proteger los ojos desde la infancia es crucial para reducir significativamente el riesgo de problemas visuales en la adultez.
Una medida apropiada de protección puede ser el uso diario de lentes fotosensibles para soportar distintas condiciones de luminosidad y que bloqueen el 100 por ciento los rayos UVA/UVB. También se recomienda llevar una dieta saludable y balanceada, no fumar, considerar tomar suplementos vitamínicos en caso de ser necesarios, hacer ejercicio regularmente, no auto medicarse, adquirir los lentes en lugares seguros y utilizar la corrección óptica indicada en el caso de necesitar anteojos.
Muchas personas no saben que tienen enfermedades de los ojos, ya que a veces no hay señales ni síntomas de advertencia. Por este motivo es importante tomar conciencia de la importancia de visitar al médico oftalmólogo de forma regular para detectar enfermedades oculares graves, como el glaucoma o la degeneración macular, así como también aumentar las posibilidades de tratar de forma temprana otras posibles afecciones.
Una gran cantidad de personas se queda ciega porque no visita periódicamente al oftalmólogo, ya sea por falta de costumbre o por falta de acceso a la atención médica necesaria, porque no tiene cobertura médica o porque en algunos casos, el sistema de salud pública colapsa. La Fundación Zambrano, una institución privada sin fines de lucro que trabaja para prevenir la ceguera, se centra en la capacitación de profesionales, la investigación y la atención quirúrgica de alta complejidad a todas las personas con enfermedades visuales. Su objetivo es brindar asistencia social a pacientes con problemas visuales que no pueden acceder a un buen nivel de atención.
Gracias a las donaciones que recibe la Fundación, se le provee ayuda al paciente sin que este tenga que preocuparse en buscar donantes. Además, cuenta con un sistema de microcréditos para la salud que administra y pone a disposición de sus pacientes. Desde 2004 se han realizado más de 1300 cirugías y tratamientos.
En adultos, algunos de los síntomas que pueden manifestar que existe un problema en la visión son:
– Visión borrosa al tratar de ver objetos de cerca o lejos.
– Dolores de cabeza a la altura de la sien.
– Visión doble.
– Ojos llorosos o lagrimeo excesivo.
– Dificultad para adaptar la visión en lugares oscuros
– Alta sensibilidad a la luz o brillo
– Ojos rojos o hinchados
– Problemas de lectura
– Fatiga visual
El ojo crece rápidamente durante el primer año de vida y luego lentamente hasta la pubertad. Los primeros años representan un período crítico de desarrollo de la vista porque las áreas visuales del cerebro se encuentran desarrollándose rápidamente estimuladas por la impresión de imágenes claras sobre la retina. Por este motivo, los primeros meses son fundamentales para una buena visión.
En el momento del nacimiento los bebés presentan errores de refracción, hipermetropía y astigmatismo, que se neutralizan y alcanzan en líneas generales la normalidad alrededor de los 7 años. En el caso de los bebés que nacen prematuros, el control de la visión es muy importante también porque la vascularización de la retina (desarrollo de los vasos sanguíneos y linfáticos) se completa al noveno mes de embarazo, por eso es necesario realizar un fondo de ojos para constatar que el proceso se desarrolle en forma correcta.
En los niños los síntomas que pueden manifestar un problema en la visión son:
– Se frota mucho los ojos
– Tuerce o desvía un ojo o ambos
– Se sienta muy cerca del televisor
– Acerca mucho los objetos al rostro
– Tiene un párpado caído
– Se tropieza con frecuencia
-Si tiene problemas en la visión lejana (por ejemplo si se acerca mucho a la televisión o al pizarrón en la escuela)
– Si tiene problemas en la visión próxima (por ejemplo si se acerca al papel al leer o escribir)
– Si tiene dolores de cabeza tras esfuerzo visual, ojos rojos, legañas, lagrimeo.
– Movimientos erráticos de los ojos.
– Si hay antecedentes familiares (ya sea miopía, hipermetropía, astigmatismo u otras enfermedades oculares)
«A veces es difícil decidir el momento adecuado para llevar a un niño al oftalmólogo y realizar un primer control, dicha decisión queda en manos de los padres y del pediatra. Nunca es demasiado pronto para realizar la primera revisión y, a medida que pase el tiempo, los controles serán cada vez más completos ya que el niño podrá colaborar de forma activa en el chequeo», señaló el doctor Fernando Lamas (MN 82404), médico pediatra de la Red niños sanos, niños felices.
En cada etapa del crecimiento los controles son distintos y fundamentales:
-Recién nacido – 3 meses: Estudio de reflejo rojo, exámen de la pupila e inspección externa del ojo.
-A los 6 meses – 1 año: estudio de reflejo rojo, reflejo corneal, prueba de oclusión, fijación y seguimiento e inspección externa del ojo.
-A los 3 años: Agudeza visual, reflejo rojo, reflejo corneal, estereopsis e inspección externa del ojo.
-A los 5 años: Agudeza visual, reflejo rojo, reflejo corneal, estereopsis e inspección externa del ojo.
-Cada 1 a 2 años luego de los 5 años: un examen oftalmológico completo. Agudeza visual monocular.